martes, 8 de diciembre de 2009

Marina.

























Siempre se me es grato sentarme en este lugar a admirar las estrellas y robar un pedaso de alma, de tiempo, de la enorme constante. Pero no temas sirena, solo estoy aquí para disfrutar de la compañía… es una linda noche para describirla con alguien.

Celeste: Mi nombre es Celeste

Marina: el mío es Marina( dice escondiendo la mirada)

Celeste: Marina… te habías percatado que el camino que deja la luna sobre el mar llega a ti esta noche.

Marina: ¡es verdad!, estaba tan hundida en mis pensamientos, vagando en la inmensidad, con la mirada en las estrellas que no me percate. (Termina la frase levantando la mirada y bajo ella se dibujaba una pequeña sonrisa)

Celeste: discúlpame

Marina: ¿y por que me pides disculpas? ¿No has hecho nada indebido?

Celeste: por que por mas que quiera conservar las palabras, no puedo y, no puedo dejar de fascinarme en esas olas negras de tus ojos sostenida por tu sonrisa entregada. Luego veo a la luna sabía y dura esmerándose por hacerse notar en ti y…me has creado nuevamente, me has regalado lo que millones de años me han hecho perder y olvidar: que el universo cabe dentro de 1 esencia… y este en mil más, multiplicándose por el infinito…en un momento.

Marina: ….. Que estas haciendo Celeste, siento que me pierdo con cada palabra que sueltas y, tu reino son los cielos, caes sobre la tierra y las puertas de los océanos, “mi reino”, del cual sabes no puedo escapar. Siento que el miedo esta entrando por la puerta trasera, y ya me puedo ver arrancando de mi misma.

Celeste: Fíjate en las estrellas, explotaron hace millones de años dentro del mas grande abismo, su luz ha dejado unas viejas huellas pero después de todo las podemos ver… son el mas grande símbolo del SUEÑO REAL. Lo que haya nacido sobre este momento es igual; una luz que exploto y se expande por el enorme abismo de nuestras almas, deja que sean viejas huellas, deja salir el SUEÑO REAL.











Divina es la inocencia al cerrar los ojos y sentir que eres nuevo. Divina es la esperanza devorada por los hombres. Divino fue el momento, y la testaruda constante que me abrazo…y todo.

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