martes, 27 de octubre de 2009

Hoy la cordillera tenia un paraguas para dos personas, pero eran tres.



Hoy la cordillera tenia un paraguas para dos personas, pero eran tres. Un cielo alcanzado por dos sombras y un diamante .El aire tocaba una melodia lenta, pero triste no… asfixiantemente conmovedor. Sobre el techo de un hogar se veían ángeles y bajo ellos, esta, se estilaba con fuego y agua. Iban y venían seres perdidos, unos se movían sobre trenes con paradas programadas matando el tiempo para lograr seguir, otros se lanzaron antes con un ¿Cómo? Y un ¿Por qué? Dibujado en ojos que se disolvían sobre rostros lentos y, yo consumi cada sombra errante y cada presencia mecánica con un titulo de INOCENSIA para luego entregárselo a dios. Existen cosas que solo se pueden apreciar en intimidad, como la sangre negra bajo la luz de la luna, o la mirada de un moribundo consumida en la tuya…hasta que se pierde en ella.
Hoy la cordillera tenía un paraguas para dos personas, pero eran tres…un diamante.
Hoy, un hombre volvió a casa.

TE AMO ABUELO, FUE UNA BUENA TRAVESIA…HASTA LUEGO.

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